El bolívar fue establecido como la moneda de curso legal en Venezuela desde el año 1879 en honor a Simón Bolívar. Debido a la hiperinflación que sufre el país, las monedas atravesaron una gran devaluación y tuvieron varias redenominaciones durante los últimos años. Desde el 2001 hasta el año 2021 se eliminaron 14 ceros de su denominación. No obstante, los 5 bolívares de 1977 continúan valiendo una pequeña fortuna.
Por: Show
Los expertos en numismática recuerdan ciertos errores fraudulentos que ocurrieron la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda a finales de la década de los 70 y comienzos de los 80. En concreto, eran descuidos en los que determinados ejemplares se acuñaban utilizando cospeles erróneos, en muchas ocasiones de plata y oro. Lo cierto es que no se trataba de un error, sino de un negocio que ya tenía larga data.
El negocio fraudulento detrás de las monedas de 5 bolívares de 1977
Ruiz Calleja, en su blog numismatico.com, se refiere a este tema y destaca el negocio lucrativo que vio un operario de la FNMT en complicidad con coleccionistas y comerciantes de la época. Eso sí, hasta hace poco tiempo se desconocía que el negocio fraudulento traspasara las fronteras. Según el experto, el lucro producto de engaños llegó a las monedas venezolanas de 5 bolívares de 1977.
En los años 1970, la FNMT ya no fabricaba divisas para Venezuela, por lo tanto, la explicación de que estos ejemplares, que hoy valen entre 800 y 1.000 euros en las subastas y mercados de segunda mano, llegaran al país es simple y sencilla. Un comerciante venezolano vio la oportunidad de acrecentar su fortuna mediante la mafia de acuñación de falsos errores.
En concreto, habría solicitado 15 ejemplares de monedas de 5 bolívares de 1977 acuñados en plata. Piezas que llegaron a la región y las infiltró en el mercado venezolano. Algo similar ocurrió con las de la locha de 1969 -monedas venezolanas de 12 céntimos y medio-, que se fraguaron en la FNMT, pero jamás llegaron a emitirse.
Pese a que se mandaron pruebas al Banco Central de Venezuela y también a la Hacienda Venezolana, las piezas eran imposibles de realizar debido a que «la octava parte de un bolívar se consideraba complicada de manejar en la contabilidad moderna» y se cambió por la pieza de 10 céntimos acuñada en 1971. No obstante, en 1985 aparecieron muchos ejemplares de las pruebas de lochas de 1969, los cuales se cree que «fueron sustraídos de la ceca de Madrid y luego comercializados en Venezuela».