El extraño mundo del ocultismo en los criminales

La «Santa Madre» es una de las imágenes preferidas por los delincuentes, es la representación de un esqueleto humano que con una túnica negra es considerada como el altar de los criminales.

Los jefes de las bandas criminales continúan haciendo uso de amuletos, ritos de santería y hechizos, comunes en narcotraficantes y grupos paramilitares para evadir las capturas y la muerte.

Según reseñó El Tiempo, el desaparecido jefe del Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (Erpac), Pedro “Cuchillo” Oliverio Guerrero, pensaba que podía llegar a detener las balas utilizando pulseras, collares y cruces de oro.

Otro caso conocido es el de los guerrilleros que visitaban a las pitonisas en Popayán, para tomar pociones que los alejaban de la muerte. Pero durante los últimos días se han podido conocer los detalles de los rituales de dos de los sicarios más buscados de Colombia.

“LA NIÑA BLANCA”

La llamada “Niña Blanca” o la virgen de la “Santa Muerte”, es una de las figuras más utilizadas entre los delincuentes; representa el culto al fin de la vida y va más allá de un rito religioso, se trata de un pacto con el mal contra otras personas.

En el “altar de los criminales”, como fue bautizado, también se pueden hacer extraños rituales de protección, pero la persona que invoque a la “Santa Madre” deberá vestirla de acuerdo a lo que pida.

En un poblado colombiano de 120.000 habitantes conocido como Pitalito, se pudo conocer el caso más reciente de los delincuentes que adoraban a la “Niña Blanca”. La policía encontró un altar con la figura de un esqueleto de ropas negras.

Las autoridades aseguraron que el lugar pertenecía a Juan Camilo “Loco” Ortiz, el hombre acusado de haberle quitado la vida a la periodista Flor Alba Núñez y quien pertenece a una red de sicarios que azota la región.

El “Loco” era un devoto de la “Niña Blanca y se dice que junto a su grupo de asesinos le rezaban al altar pidiendo milagros, la muerte de sus enemigos y que no fuesen capturados por los funcionarios de la policía.

“LA ORACIÓN DE LOS SICARIOS”

En la ciudad colombiana de Florencia, la policía también encontró otra referencia del ocultismo criminal en el brazo de Enderson Carillo Ordóñez, el responsable de asesinar a los hermanos Vanegas Grimaldo, de 4, 10, 14 y 17 años.

Carillo tenía tatuado en su brazo derecho: “En el nombre del todopoderoso, de la santísima trinidad. Conjuro que con n.n. con el nombre de quien seas. Si es tigre, león o brujo”, considerada como la oración de los sicarios.

El asesino le dijo a los agentes de la fiscalía tras ser capturado que como sicario “le iba bien” por la fe que le tenía a la oración tatuada en su brazo, que “nunca fallaba”.

“EL GATO NEGRO”

Crédito: El Tiempo

Tras la muerte del quinto delincuente más buscado de Colombia, Martín “Pijarvey” Farfán Díaz, las autoridades descubrieron otras de las referencias del ocultismo criminal en el brazo izquierdo del narcotraficante .

Se trataba de un gato negro garabateado, una figura a la que una pitonisa chocoana, a quien “Pijarvey” frecuentaba le sugirió aferrarse a la oración del “Talismán del Gato Negro”, un protector del mal.

“Ponga el gato negro sobre el gato de mi suerte. Concéntrese y fíjese bien en los ojos del gato por cinco minutos. Lo que vea consérvelo como un secreto”, decía la mujer.

“La Niña Blanca”, “la Oración del Sicario” y el “Gato Negro” son considerados por las iglesias como paganismo, son condenados y tachados de pactos satánicos. Pero lo cierto es que ese mundo existe y cada día se afianza más entre los principales promotores de la delincuencia, violencia y los anti valores.

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