Paola Caldera decidió seguir los pasos de los cientos de latinoamericanos que dejan sus países para instalarse en Estados Unidos con la esperanza de obtener una mejor calidad de vida. Aunque aseguró que no fue sencillo dejar atrás a su familia, agradece poder aspirar a mayores oportunidades. Al trabajar en la limpieza de habitaciones de hotel, afirmó que gana el triple de lo que percibía en su ciudad natal, a pesar de que allí tenía un empleo como profesional.
Por La Nación
La odontóloga de 27 años se mudó a Vallejo, California, en 2022, según relató para LA NACION. Llegó con pocas valijas, pero con muchas ganas de salir adelante junto a su esposo, de su misma profesión, y sus dos hijos. Luego de viajar por toda América, arribó al país norteamericano para pedir asilo político, una posibilidad que solo tienen los ciudadanos de algunas naciones, entre ellas Venezuela.
En un principio no les fue fácil, especialmente porque las tradiciones de EE.UU. no eran ni siquiera similares a lo que estaban acostumbrados. “Lo difícil es adaptarse y llegar acá sin tener nada, es lo más complicado y más porque en ese momento estaba embarazada y con un niño de 4 años”, declaró. Además, solo podían pagar una habitación para los cuatro. Nada de eso fue impedimento para que comenzaran a construir su vida soñada. Su esposo fue quien tomó las riendas y comenzó a trabajar para sostener a la familia mientras nacía su bebé.
Limpiar habitaciones de hotel, el trabajo que le cambió la vida
Una vez que su recién nacido cumplió tres meses, Caldera decidió “buscar la manera de generar ingresos”, dado que tenía una gran necesidad. “Requeríamos reunir dinero porque desde que llegamos no podía trabajar por el embarazo, ya que era de alto riesgo… tampoco me conformaba con la forma en la que vivíamos en ese momento”, precisó. Es que, además de cubrir los servicios básicos, también tenían que pagar los tratamientos de una enfermedad que tenía su marido y las terapias obligatorias de su hijo mayor, quien tiene un trastorno que no fue especificado.
Fue ahí que una conocida le informó que solicitaban personal en un hotel cercano y la ayudó a entrar. A partir de ese momento su situación financiera cambió, ya que tanto ella como su marido aportaban dinero a su hogar. Con esfuerzo, pudieron mudarse a una casa para los cuatro.
Eso le dio a la latina la tranquilidad que necesitaba para poder disfrutar: “Aquí ganó el doble o el triple de lo que ganaba en Venezuela… allá solamente nos alcanzaba para nuestras necesidades básicas”. Además, aseguró que su nuevo entorno ayudó a mejorar su relación amorosa. “Nuestra historia de amor acá es muy diferente. Nosotros teníamos otro estilo de vida”, expresó.
En ese sentido, afirmó que ahora es una mujer más organizada con las finanzas, porque sabe cuánto le costó llegar hasta donde está: “La mejor enseñanza que me ha dejado mi trabajo es entender cómo manejar el dinero, cuánto ganar por hora y valorar más las cosas”. Asimismo, ahora tiene una visión más amplia de lo que quiere para la posteridad. “Acá puedo planificar a futuro y lo puedo lograr en menos años que en mi propio país”, aseguró.
Además, limpiar habitaciones de hotel le permitió crear una comunidad en las redes. A medida que adquiría más experiencia en el área, publicaba videos de TikTok en su cuenta @paolacaldera_. Al día de hoy acumula poco más de 60.000 seguidores y todos los días da recomendaciones para las personas que quieran dedicarse a lo mismo que ella.
“En EE.UU. salgo al parque sin pensar en asaltos”
Por otro lado, Caldera aseguró que espera con ansias el día en que vuelva a ver a sus seres queridos: “Extraño mucho mi casa, siempre sueño que estoy ahí de nuevo. Es muy difícil tener a la familia lejos, mi vida cambió de una manera tan rápida que en algunas ocasiones se me salen las lágrimas”. Sin embargo, a pesar de que es un proceso doloroso, considera que haberse ido de Venezuela valió la pena.
Vivir en territorio estadounidense no solo ha mejorado su economía y su vida en general, sino que también ha aumentado la felicidad de su familia. Según contó, ahora vive con mucha tranquilidad, algo que no tenía en su país natal. “Lo que más me gusta de aquí es que puedo estar en un parque con mis hijos… puedo estar en un sitio con la seguridad de que no me van a asaltar”, afirmó.
En ese sentido, reflexionó que lo mejor es no rendirse y buscar la manera de cumplir con los objetivos propios. “Échenle ganas, nunca se avergüencen de lo que trabajan, siempre busquen la manera de tener dinero de su propio esfuerzo”, concluyó.