Desde el 22 de noviembre de 2018, en la Diócesis de San Cristóbal, las autoridades eclesiales abrieron el proceso para la causa de beatificación de la que, probablemente, será la primera niña venezolana que sube a los altares: Amanda Gilseth Ruiz Suarez. Se le conoce como “Amandita” y desde entonces es Sierva de Dios.
El domingo 30 de mayo de 2021, en el marco de la festividad de la Santísima Trinidad, el obispo de San Cristóbal, Mario del Valle Moronta Rodríguez, le ha dado mayor impulso a la causa con una campaña a través de las redes sociales y otros medios.
Esta vez, dio a conocer la oración con la que los devotos le están orando a Dios, pidiendo el milagro para que “Amandita” llegue a los altares donde también están otros niños santos y mártires. La oración para la beatificación de “Amandita, es la siguiente:
“Santísima Trinidad, te damos gracias porque nos invitas a ser santos y nos regalas ejemplos de vida cristiana. Te imploramos manifiestes tu Gloria en la Sierva de Dios, Amanda Gilseth Ruiz Suárez, “Amandita”, quien en su niñez, con su inmensa sonrisa irradió esperanza, y que ella desde la eternidad interceda por nosotros para conseguir fortalecernos en la alegría y en la fe, que ella supo vivir. Te rogamos nos concedas la gracia que te pedimos por su intercesión … (se pide la gracia). Te alabamos y bendecimos por los siglos de los siglos. Amén*”.
¿Quién fue la niña “Amandita” Ruiz Suárez?
Se trata de una niña venezolana que nació el 11 de mayo de 1999, en el Hospital Central de San Cristóbal, estado Táchira. Vivía con sus padres en el barrio La Bermeja de esa localidad de los andes venezolanos. A los 3 años fue diagnosticada con leucemia, lo cual no impidió seguir irradiando la alegría de la infancia entre familiares y amigos. Pero la enfermedad superó sus fuerzas físicas y muere en el año 2005.
“La niña era de notable madurez espiritual por su amor a la vida cristiana, mostrando gran esperanza en medio de su enfermedad. El 21 de septiembre de 2005, a la edad de 6 años y 4 meses partió a la eternidad, dando testimonio de completa confianza en Dios”, publicó Aleteia en 2018.
“Durante sus seis años de vida y en el modo de cómo asumió su enfermedad, Amandita demostró por lo religioso y espiritual una sensibilidad que sorprendía a sus familiares y a cuantos la distinguieron”, dice la hoja de vida del proceso diocesano. “Se reconocía y se definía A sí misma como querida de Dios, y a Dios como al padre que debemos amar”.
La causa de beatificación fue abierta el 22 de noviembre del año 2018, seguida desde Chile por los padres de la niña Mauricio Ruíz y Leonor Suárez, a través de las redes sociales. Desde entonces se va promoviendo la vida de la Sierva de Dios, para que por medio de su intercesión se pueda obrar un milagro y subir a los santos altares.
El proceso también ha cobrado fuerza después de la beatificación del Doctor José Gregorio Hernández, celebrada en Caracas, el pasado 30 de abril. “Amandita, ruega por Venezuela. Por los pobres, los enfermos, los niños y sus padres”, escribió de ella el sacerdote de la Arquidiócesis de Maracaibo, José Andrés Bravo Henríquez.
“Pide a Jesús –le dice públicamente José Andrés a la sierva de Dios- que nos dé la capacidad de conquistar la libertad y la democracia. Que podamos vencer con caridad e inteligencia el Covid. Que vivamos dando testimonio de la fe como tú”.
Los pasos para el proceso de beatificación de Amandita
Monseñor Moronta ha reiterado lo que expuso en noviembre de 2018 con relación al inicio de la causa de beatificación de Amandita Ruiz, junto a las causas del sacerdote Martín Martínez Monsalve y del laico Lucio León Cárdenas: “todos somos llamados a ser santos sin importar la edad, ni ninguna condición, el llamado es para todos”.
De producirse un milagro, considerado como un “hecho extraordinario” imposible de ser cuestionado, la niña estaría entre los beatos de la Iglesia. Luego, para la santidad sería necesario un segundo milagro, además de cumplir las etapas para la canonización:
Primero, ser nombrada sierva de Dios, paso cumplido en San Cristóbal en 2018. Segundo, *ser nombrada Venerable *por la Congregación para las causas de los santos, donde se aprueba la “positio”, es decir, el documento que contiene testimonios de los testigos, principales aspectos de la vida, virtudes y escritos. Tercero, ser nombrada beata, luego de estudiarse y aprobarse un milagro en diversas instancias del Vaticano. Y cuarto, ser nombrada santa, luego de un segundo milagro aprobado por el Vaticano.
¿Existen otros niños y niñas en los altares de la santidad?
Por supuesto. El inmenso número de ellos crece cada día. De modo que el caso de “Amandita” no sería la primera vez que un niño o adolescente llega a los altares de la santidad en el mundo, aunque sí, la primera vez que esto acontezca en Venezuela.
Desde principios del cristianismo lo han hecho los llamados “niños mártires” de la Iglesia. Por ejemplo, están los casos de san Tarsicio, quien murió martirizado en el año 267 después de Cristo; y san Pancracio, decapitado en el año 304, aunque hubo muchos otros ocurridos a principios del cristianismo y en las postrimerías del Imperio Romano.
Más recientes son los casos de santo Domingo Savio, quien falleció de una probable pulmonía en el año 1957; y Carlos Acutis (Italia, 1991-2006), beatificado el 10 de octubre del año 2020, siendo conocido como “el ciber apóstol de la eucaristía”.
Las niñas también están en el largo listado de santos y mártires de la Iglesia universal. Como referencia solo se citará a santa Inés, mártir de 12 años que vivió en el siglo IV; santa Águeda, quien hacia el año 251, a pesar de la persecución mantuvo su cuerpo incontaminado y su fe intacta; santa Jacinta Marto, vidente de la Virgen de Fátima quien por su enfermedad murió en 1920; Laura Vicuña, de origen chileno y que con 12 años murió el 22 de enero de 1904, en Argentina, luego fue beatificada en el año 1988…
Como Amandita, hay varias niñas en el proceso de beatificación. En julio de 2018, el papa Francisco reconoció las “virtudes heroicas”, para la beatificación de la española Alexia González-Barro, que falleció en 1985 a los 14 años por un tumor en la columna. También está Antonietta Meo, conocida como “Nennolina”, de seis años y medio.
Nennolina, de origen italiano, murió en 1937, víctima de un cáncer, pero dejó en sus cortos años una “vida mística intensa”. El papa Benedicto XVI la declaró “Venerable” el 17 de diciembre de 2007. “Su vida ha sido un testimonio de la santidad de los niños que sufren”, dice el portal del Vaticano. Con el caso de “Amandita”, los creyentes venezolanos esperan buenas noticias, y para ello rezan por su pronta beatificación.