Hay personas que disfrutan de ser las víctimas, manipulando a todo el que está a su alrededor.
Hay personas que ni siquiera están conscientes de que ser la víctima se ha vuelto parte de sus días. Una manera de evadir responsabilidades y la realidad. Pero, ¿cómo saber si una persona se está haciendo la víctima? Su dependencia emocional los delata, reseña Soy Carmín
Las víctimas no están preparadas para acatar las consecuencias de sus acciones. De hecho, en términos de psicología, se puede catalogar como un trastorno. Las víctimas tienen efectos colaterales, es decir, dañan también a todo el que está a su alrededor creando relaciones tóxicas.
Cabe destacar, que no es lo mismo enfrentar una etapa dura de la vida y sentir que nada nos sale bien o tengamos ganas de huir, en esas situaciones muchos hemos sido víctimas. Pero, no para cada momento. De esta manera puedes reconocer a las víctimas frecuentes:
- Las víctimas tienen que agudizar cada hecho de su vida, ¨por qué me pasa esto a mí¨, es como si todo estuviera en su contra y a nadie más le pasa lo que a ellos.
- Son personas que no saben da un paso adelante, se aferran al pasado y sus sentimientos en contra crecen, se la viven odiando a gente que ya ni la hace en el mundo.
- Tienen la idea de que el mundo tiene que estar a sus pies, los otros tienen la culpa de no atenderme y darme la ayuda que necesito para ser feliz.
- Da igual cuál sea la situación, van a hacer todo lo que esté en sus manos por manipular la versión y que ellos siempre resulten los afectados, los que siempre ponen de su parte y el resto no.
- Ellos vinieron a este mundo para padecer, para experimentar las cosas más crueles de la vida y ya no tienen otra opción. Esta vida les tocó y les parece mejor andar con la etiqueta de ¨pobrecito¨, que cambiar.
- El chantaje es su segundo nombre, tienen muy bien identificadas a cierto tipo de personas, capaces de ponerse a sus pies y ceder ante sus necesidades.