El jurado del comité intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Intangible de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) evaluará este jueves, 1 de diciembre, el expediente en torno a los Carnavales de El Callao, para su posible inclusión como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, reseña Panorama.
La rumba cubana y el merengue dominicano fueron inscritos este miércoles en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
Las fiestas de las Fallas de Valencia, que celebran la llegada de la primavera, se suman también a la lista aprobada por un comité intergubernamental reunido desde el 28 de noviembre al 2 de diciembre en Adís Abeba, la capital de Etiopía.
Esta inscripción garantiza una mayor notoriedad del patrimonio cultural inmaterial y espera contribuir a que se tome mayor conciencia sobre su importancia.
La delegación de Cuba dedicó el reconocimiento a la rumba, «una expresión de resistencia y autoestima», a la memoria del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, fallecido el viernes a los 90 años.
La rumba cubana es «una expresión de un espíritu de resistencia y autoestima así como un instrumento de sociabilidad que enriquece la vida de las comunidades que lo practican», apuntó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en un comunicado.
La rumba, que surgió en barriadas urbanas pobres, está vinculada a la cultura africana, pero también posee algunos elementos característicos de la cultura antillana y el flamenco español.
La música y el baile del merengue en la República Dominicana, «parte integrante de la identidad nacional», ingresaron también en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
«Este elemento del patrimonio cultural inmaterial se transmite esencialmente mediante la participación y su práctica atrae a personas de clases sociales muy diferentes, contribuyendo así a fomentar el respeto y la convivencia entre las comunidades», señaló el organismo, con sede en París.
Según el organismo, la cuna del merengue se sitúa en el norte de la República Dominicana, pero su zona de influencia abarca la región del Caribe, países de Centroamérica y de Sudamérica.