La Parranda de San Pedro, inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, es una manifestación tradicional religiosa y al mismo tiempo de protesta en contra de la opresión colonial.
La festividad de los devotos de San Pedro tiene como elemento central la personificación, por parte de un hombre, de María Ignacia, una mujer esclavizada en alguna de las haciendas de Guarenas o en el Valle de Santa Cruz de Pacarigua (hoy Guatire), a quien se le enfermó gravemente su hija Rosa Ignacia, cuenta la tradición.
María Ignacia, al ver que los curanderos no pudieron sanar a su hija, le pidió al santo que lo hiciera: en pago le cantaría y bailaría en las calles. El milagro ocurrió y, a partir de allí, esta celebración se realizó para recordarlo. Al morir, sería su esposo el encargado de representar a su mujer para proseguir con su promesa.
Guatire tiene dos cosas
El canto tradicional, cuyas estrofas son sencillas y fáciles de recordar, es acompañado por el cuatro (instrumento de igual número de cuerdas familia de la guitarra) y las maracas o sonajeros. Una de las coplas dice:
Guatire tiene dos cosas
que no tiene otro pueblo
la rica conserva ‘e sidra
y la parranda de San Pedro.
En el año 2013, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco) inscribió a la parranda en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La parranda de cerca
Este celebración está compuesta por varios elementos que la caracterizan. Le emoción y la devoción se entremezclan mientras los danzantes, cuyos rostros están pintados de color negro para simular a los hombres originarios de África, atraviesan las calles:
María Ignacia y Rosa Ignacia:
La representa un hombre que se viste con una colorida falda larga y que tiene puesto un gran sombrero de cogollo adornado con flores, del que le cuelgan un par de trenzas. Sus mejillas está maquilladas de manera exagerada. En sus brazos tiene una muñeca de trapo, que representa a la bebé curada.
- Parranderos:
Personifican a los africanos esclavizados en las haciendas de la zona. Visten levita, pantalones negros, pumpá o sombrero de copa, alpargatas y pañuelos amarillos y rojos, que identificaban a los dos partidos de entonces: Liberales y Conservadores. La ropa elegante, en ese día festivo, era para simular la usada por los dueños de las haciendas de caña, que la había desechado previamente. Durante su danza, improvisaban estrofas en protesta por el maltrato recibido de los amos esclavistas.
- Coticeros:
Son parranderos que llevan en los pies unos trozos de cuero de unos 25 centímetros para que el zapateo o «coticeo» suene con fuerza, en rechazo a su situación y como una forma simbólica de «pisotear al patrón». Dice la estrofa: ‘Con la cotiza dale al patrón, vuélvelo polvo sin compasión’.
- Tucusitos:
Después de la Guerra Federal (1859-1863) se incorporaron a dos niños, que están vestidos con los colores amarillo y rojo. Llevan una banderita en sus manos y escoltan a María Ignacia.
- Abanderado:
Indica la ruta por donde sigue la parranda y fue incorporado en los años sesenta.
- Cargador del santo:
Se encarga de sacar a San Pedro de la iglesia y llevarlo en los brazos todo el recorrido.
Madres que «dan» a sus hijos
Una costumbre se ha arraigado con el paso del tiempo: madres que, a la salida de la iglesia, piden a los sampedreños que carguen y «bailen» a sus hijos, bien sea como pago de una promesa por una enfermedad superada, por alguna dolencia que tenga el pequeño o para que no llegue a enfermarse.
La parranda de San Pedro refleja una historia cargada de mucho sentimiento que se basa en el amor maternal, en todo aquello que es capaz de hacer una madre por un hijo sin importar las circunstancias que la vida le ponga en un determinado momento. Es en el Estado Miranda donde se da la mayor manifestación de fe, devoción y alegría año tras año.
Algunos cantos
Buenas tardes doy señores,
Buenas tardes vengo a dar.
La Parranda de San Pedro,
Que les vengo aquí a cantar.
Baila, Baila, María Ignacia,
Como tú sabes bailar.
Un pasito, para lante y
otro paso para atrás.
Y se me ponen de frente
Porque los voy a llamar.
En esta vuelta y la otra,
Voy a cambiar de toná.
Guachi, guachi
pasó por aquí,
Guachi, guachi,
Pasó por aquí,
Con una pequeña tinaja de anís.
La Parranda de San Pedro, inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, es una manifestación tradicional religiosa y al mismo tiempo de protesta en contra de la opresión colonial.