«Ha sido escogida Venezuela para una de las más altas misiones: la reconciliación de los pueblos y naciones»

El 7 de agosto de 2004, la sierva de Dios María Esperanza de Bianchini, mensajera de la Virgen Reconciliadora de Todos los Pueblos, conocida también como la Virgen de Betania, partió de este mundo dejando un legado de esperanza y reconciliación

El 25 de marzo de 1976 se manifestó por primera vez la Virgen de Betania y no se vislumbraba para entonces la magnitud e importancia de su mensaje: “Él, mi Amadísimo Hijo, desea que todos vosotros viváis acunados en este Corazón materno con los carismas y gracias del Espíritu Santo logrando, por ese medio, que todos mis hijos se den las manos, basados en el mandamiento: ¡Amaos los unos a los otros! Es la única verdad que puede salvar al hombre de una guerra entre hermanos, o sea que, en estos tiempos, recurran a la buena siembra del bien, que es la identificación del amor y la verdad de un pueblo de Dios que anhela justicia social… ya que mientras no se unan, vivirán vida de angustia, pena, sombra y quebranto. ¡He aquí, hijitos, el amor de una Madre que os ama para servir de punto de partida a una ley de justicia, amor, paz y reconciliación!”

La sierva de Dios María Esperanza fue la figura central y la protagonista de las apariciones de la Virgen en Betania. La aprobación eclesiástica de Betania no abarca su vida mística, pero sí le da credibilidad a su mensaje. Ella nació el 22 de noviembre de 1928, en Barrancas, estado Monagas, Venezuela y desde niña tuvo una profunda espiritualidad y experimentó manifestaciones de la Santísima Virgen y de nuestro Señor, quienes le confiaron que algún día iba a obtener un terreno donde la Virgen se aparecería, y que este lugar se convertiría en el centro de una gran misión. Estas predicciones hacían referencia al Santuario de Betania que los esposos Bianchini encontraron treinta y cuatro años más tarde. “Yo sé esto desde que era una niña, porque Jesús me habló de Betania cuando yo era una niña. . .  Yo soñaba con esta tierra, y yo le decía: ‘Madre, quiero servir a Jesús,’” comentó la sierva de Dios en vida.

En palabras de la sierva de Dios María Esperanza: “Ha sido escogida Venezuela para una de las más altas misiones: la reconciliación de los pueblos y naciones. Ustedes se van a recordar, que no será otra palabra sino: reconciliación, reconciliación. Acuérdense.”

 

Para honrar su legado se llevará a cabo un Rosario el martes, 6 de agosto de 2024 a las 10:00 a.m. en su tumba en el Cementerio de Esta, La Guairita, Caracas. Al día siguiente miércoles, 7 de agosto se celebrará una Misa a las 11:00 a.m. conmemorativa del 20° aniversario de su partida con la participación de la Coral Betania, en la iglesia Santa Rosalía Palermo en El Hatillo, Caracas. Durante este evento, el Rev. Pbro. Ramón Vinke presentará su libro: «Relato de una Iglesia doméstica: Tertulia con los hijos de María Esperanza.»

La sierva de Dios María Esperanza Bianchini fue y, ahora más que nunca, es una figura crucial en la historia espiritual y social de Venezuela, especialmente por los tiempos de incertidumbre que se viven actualmente. Su mensaje de reconciliación y paz resuena en los corazones de quienes, en medio de la tormenta, buscan un rayo de luz.

Más información en www.mariaesperanza.org y en el Instagram @betaniaorg