‘Betting on zero’, disponible en Netflix, cuenta cómo la empresa de suplementos alimenticios exprime a los inmigrantes latinos
Andrés Rodríguez/El País
Julio Ulloa, de Ecuador, tenía un negocio de construcción en Estados Unidos que funcionaba muy bien. En 2012, un representante de la empresa de nutrición Herbalife tocó su puerta ofreciéndole la oportunidad de generar más ingresos. Le dijo que con la comercialización de suplementos podía ganar entre 20.000 y 80.000 dólares al mes. Empezó a meterse de lleno en el negocio. Cambió la construcción por un club nutricional que promocionaba la marca y compraba mercancía valorada en miles de dólares. “Mi proveedor me decía: ‘Cuanto más gastas, más ganas”. A medida que pasaban los meses, los artículos dietéticos no se vendían y sus deudas seguían creciendo, hasta que la inevitable verdad le golpeó. El sueño americano de riqueza con un trabajo fácil y sin peligro fue una ilusión.
Ulloa vio como le “robaron sus sueños”. A él y a cientos de miles de latinos que perdieron en Estados Unidos desde 8.000 a 22.000 dólares por apostar por los productos de Herbalife. El documental Betting on zero, de Ted Braun, recupera estas historias y la encrucijada del multimillonario de fondos de inversión Bill Ackman para destapar el modelo de negocio de Herbalife como la estafa piramidal más grande de la historia.
En medio de un fuego cruzado, las historias de la comunidad latina se introducen en un filme que busca retratar el sueño americano sin final feliz. “Fue una oportunidad para saber cuál es el lugar del dinero en el denominado sueño americano a través del lente que refleja el conflicto corporativo y una historia que tiene ramificaciones en todo el mundo y que conecta con las vidas del ciudadano de a pie”, explica el realizador vía telefónica.
Braun dice que fue difícil hilar las distintas partes de la historia, sobre todo ante la negativa de Herbalife de participar en el documental. El realizador llenó ese vacío con material de archivo de entrevistas e intervenciones públicas de los directivos. Esto, junto a las aportaciones de exdistribuidores, ayuda a explicar cómo funcionan las empresas multinivel. El relato es satisfactorio intelectual y emocionalmente. “Se volvió una obligación poner a la audiencia en los zapatos de muchas personas envueltas en estos complicados conflictos. Era muy importante para mí que vieran y entendieran cómo era el mundo desde el punto de vista de los distribuidores y ejecutivos de Herbalife”, afirma Braun.
Censura, polémica y amenazas
El documental, que recibió una mención especial del jurado en el festival de Tribeca a mejor investigación cinematográfica en 2016, no estuvo libre de polémica. Braun denuncia que Herbalife, con presencia en 95 países y una red de 3.2 millones de distribuidores, boicoteó una proyección del filme en la Galería Nacional de Retratos, en Washington, en octubre. El director dice que la abogada Heather Podesta y los socios de su firma de cabildeo compraron 173 entradas, la mitad de la sala, y dejaron los asientos vacíos durante la exhibición.
Este y otros ataques han complicado la difusión de Betting on zero. A pesar de los intentos de sabotaje, el filme logró mantenerse como el documental más visto en iTunes durante las primeras tres semanas de su lanzamiento en abril y ahora quiere ampliar su audiencia con su estreno en Netflix.
En el documental, Herbalife es acusado de enfocar su negocio en la comunidad de inmigrantes y de llevar su modelo a países en vías de desarrollo. A raíz de esto, la activista latina Julie Contreras y el grupo de exdistribuidores estafados por la empresa fueron intimidados por simpatizantes de la compañía, amenazándolos con denunciarlos para que fueran deportados si seguían adelante difamando a la empresa.
Según Braun, muchas de las denuncias hechas por el colectivo de Contreras fueron tomadas en cuenta en la investigación que realizó la Comisión Federal de Comercio de EE UU, en la que encontró cuatro faltas de prácticas comerciales y engañosas. Por tal motivo, se le ordenó a la compañía pagar 200 millones de dólares a casi 350.000 personas que perdieron dinero en la adquisición de suplementos nutricionales, además de reestructurar su modelo de negocios. “En todo momento mantuvimos nuestra independencia con el filme. No mentimos con ninguna de las partes mostradas en este documental y trabajamos asiduamente para entregar una obra que no sea solo abogacía y que invitaba a que entiendan toda la situación”, finaliza.