El gobierno de Buenos Aires reconoció al autor por su obra de incalculable valor y su aporte en favor de la cultura.
Por su obra «de incalculable valor, trayectoria en la docencia y su aporte permanente en favor de la cultura», el gobierno de Buenos Aires declaró ciudadano ilustre post mortem al escritor Julio Cortázar.
En el Boletín Oficial del distrito, este viernes se publicó la Ley 15.140, aprobada el 30 de mayo por la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, en la que se declara “ciudadano ilustre” al autor de clásicos como Rayuela, El libro de Manuel y Final del juego.
De acuerdo con la agencia informativa Télam, esta iniciativa fue presentada por Rocío Giaccone, diputada del Frente para la Victoria, para honrar a uno de los literatos suramericanos más reconocidos en el mundo, nacido el 26 de agosto de 1914 en Bruselas y fallecido el 12 de febrero de 1984 en París.
La obra de Cortázar puede ser dividida entre la novela y los cuentos.
Su libro más conocido y representativo es Rayuela (1963), cuya historia parece vaga al tratar sobre las relaciones de varios amigos en París. Sin embargo, dicho título está lleno de referencias culturales construidas con recortes de varios temas, como un «collage», un rompecabezas que el lector debe armar desde su imaginación.
También son conocidos sus libros de relatos, como Bestiario, Todos los fuegos el fuego o Queremos tanto a Glenda, así como sus publicaciones de prosas breves Historias de cronopios y de famas y Un tal Lucas.
Algunos de sus relatos más conocidos son “Casa tomada”, “Carta a una señorita de París”, “Una flor amarilla” y “El perseguidor”.
El premio nobel colombiano Gabriel García Márquez dijo una vez sobre Cortázar: “Los ídolos infunden respeto, admiración, cariño y, por supuesto, grandes envidias. Cortázar inspiraba todos esos sentimientos como muy pocos escritores, pero inspiraba además otro menos frecuente: la devoción. Fue, tal vez sin proponérselo, el argentino que se hizo querer de todo el mundo”.