Hoy se cumplen 82 años de la inauguración del complejo neoclásico del Museo de Bellas Artes de Caracas, diseñado por el mítico arquitecto venezolano Carlos Raúl Villanueva.
El 20 de febrero de 1938 el Presidente Eleazar López Contreras inauguró el Museo de Bellas Artes, obra proyectada por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, un edificio de estilo neoclásico de una planta con pórtico, columnas y pileta central.
El Museo ubicado en la Plaza de los Museos entre el Parque Los Caobos y el sector conocido como Bellas Artes. Su fundación data de 1918. Las dos estructuras que albergan al museo fueron diseñadas por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva. En este espacio la Cinemateca Nacional dispone de una sala de exhibición.
Mientras que Villanueva había concebido la sede original del museo en un estilo historicista, evocativo de la arquitectura grecorromana, para su ampliación diseña un edificio de líneas depuradas, fachadas planas y corte sintéticamente geométrico. La ausencia de ornamento es llenada por la expresividad que producen el contraste cromático y textural de los materiales y la contundencia de los volúmenes, reafirmados por efecto de la iluminación solar. La funcionalidad como principio que anima esta obra, se evidencia fundamentalmente en la elección de los materiales empleados, principalmente hormigón prefabricado y en el vidrio, los cuales brindan posibilidades constructivas idóneas para la realización de espacios destinados al museo.
En la estructuración de las salas el hormigón permite la creación de espacios amplísimos, exentos de columnas que pudiesen dificultar tanto la visibilidad como la flexibilidad necesaria para el montaje de las exposiciones. El vidrio, en forma de grandes ventanales abiertos hacia el parque colindante, establece la comunicación del espectador con la naturaleza, anulando además la sensación de encierro característica de las edificaciones para museo. Por otra parte, Villanueva de nuevo logra dotar las salas de exposición con la continuidad y coherencia necesarias para la sugerencia de recorridos correctos en el público, lo que obtiene mediante la disposición de una sala por piso. Articula el conjunto total de ellas a través de rampas peatonales, efectivas áreas de circulación que complementan la operabilidad de los ascensores. Integrado a la naturaleza y adaptado al modelado del sitio, el edificio cuenta con terrazas y áreas transformables para diversos usos. En su planta baja cuenta con unos jardines en los que se exhiben esculturas, mientras estimulan en el visitante la expansión y el intercambio social.
Actualmente el edificio cuenta con 18 salas expositivas que exhiben obras de diversas épocas y culturas.