Así se celebra este 24 de junio el día de San Juan en Guatire

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“Si San Juan supiera cuando era su díadel cielo a la tierra San Juan bajaría” 24 de junio, repican los tambores recordando que en algún momento el negro color de la piel sirvió como excusa para encadenar al hombre africano y coartar su derecho a la libertad.

La celebración que enmascaraba un rito de magia a deidades paganas, se trasformó delante del hombre blanco, en el culto a San Juan Bautista, primo de Jesús de Nazareth e hijo de Santa Isabel de Guía: el hombre que se reveló contra la forma tradicional de culto a Dios y se fue a predicar al desierto y a bautizar con agua del río Jordán; el santo que abrió el camino al Mesías para bautizar en nombre del Espíritu Santo.

El culto a San Juan divulgado en Venezuela principalmente por la costa central y Barlovento, va a tener en las haciendas de Guatire, repletas de esclavos, el escenario perfecto para su manifestación, al son de los tambores culo ‘e puya (curvatica y cruzao) y el macho; este último sustituido más adelante por el redoblante que portaba el soldado en la Guerra Federal, lo que le da el sonido característico en estos valles de Pacairigua y Guatire.

Esto es parte del pasado que se refleja hoy como una tradición ancestral. Y no todos los bailes son iguales, no todos los ritmos tienen la misma pauta, sería tarea larga explicar toda esa connotación, pero vamos a tratar de darles una idea.

LOS TOQUES SON TRES

Bamba, corrío y redondo. Todos tienen una forma particular de bailarse que se diversifica aun más de acuerdo al canto que se esté interpretando, ejecutando variantes en parejas o solitarios hombres o mujeres. El espectador hace una troya o trocha y alternativamente se vuelve partícipe del baile.

El 23 de junio por la tarde las diferentes parrandas llevan sus imágenes a la iglesia, ya que éstas permanecen en casas de familia todo el año. Las entregan al párroco para la misa del día siguiente, lo cual recibe la denominación de “encierro del santo”, procediendo entonces al velorio hasta la madrugada, cuando cantos y danzas no se hacen esperar.

En la mañana del 24 se dirigen a la iglesia a escuchar misa; finalizada la misma los “sanjuaneros” piden la salida del santo, viene el repique de tambores y el canto: “¡Ay mariandé ay, cuando salirá!”. Al ritmo de un corrío viene la imagen del Bautista en brazos de un parrandero, mientras dos mujeres en pareja le hacen la venia en el gran encuentro. A la salida del templo todo es algarabía, la parranda recorrerá las calles una vez más; en la improvisación viene el canto identificativo del San Juan de Guatire: “¡Ay mariandé, ay Juan Bimbé!”; hombres y mujeres se acoplan en el baile. Le siguen otros: Ya va amanecé, El novillo, María Comgá, Oh Columbé, Me huele a rosa, Quele quele cumá, El hombre, Ataca la Calumbá y muchos otros. En los cantos hay palabras incomprensibles que nos recuerdan el origen de los hombres que iniciaron este culto.

La fiesta continúa el 29 de junio, al sucederse el encuentro con la Parranda de San Pedro, en pleno guatireñismo, y finaliza el 2 de julio, día de Santa Isabel de Guía, imagen que alguna vez perteneció al templo Santa Cruz de Pacairigua, para luego pasar a la hacienda El Ingenio y por último al barrio Las Barrancas, donde hoy le rinden culto.

La celebración se aplaca hasta el año siguiente, cuando vuelva a revivir el realismo mágico: “San Juan to´ lo tiene, San Juan to´ lo da”.

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